Una de las malas noticias del verano ha sido la epidemia de ébola que, según los últimos datos de la OMS, puede haber contaminado a más de 5000 personas en África Occidental. Del tema conocemos sobre todo el caso del religioso español Miguel Pajares infectado por el virus y repatriado bajo medidas de precaución excepcionales para recibir un tratamiento que desgraciadamente resultó infructuoso.
Otro caso en España fue el de Manuel García Viejo, el
religioso infectado por ébola en Sierra Leona que ha fallecido recientemente en
el Hospital Carlos III de Madrid, donde se encontraba ingresado. El religioso, de 69 años,
ingresó en estado "grave", deshidratado, con síntomas de fiebre alta
y una "afección hepatorrenal marcada". García Viejo se convierte así en la
segunda víctima mortal en España a causa de esta enfermedad infecciosa.
La respuesta de Europa y Estados Unidos a una epidemia de estas características pone sobre la mesa unas cuantas preguntas de relevancia
ética:
La
primera tiene que ver con la legitimidad de tratar a pacientes con un
medicamento aún no experimentado con humanos cuando no existen otros fármacos
que puedan curar la enfermedad. La respuesta es la más sencilla y la primera
que acaparó la atención de los expertos y de organizaciones como la OMS. Dado
que el primer principio de la ética médica es no hacer daño, habrá que decidir
si es éticamente aceptable dispensar a los pacientes infectados un medicamento
que aún no ha sido probado en humanos. La respuesta a la pregunta ha sido
unánime: es razonable utilizar un “tratamiento experimental” cuando el riesgo
de morir es mucho más alto que el de sobrevivir y el paciente en cuestión
consiente en ser tratado.
La
segunda se refiere a las obligaciones de los gobiernos nacionales para con los
profesionales de la sanidad, religiosos etc. que acuden voluntariamente a estos
países. ¿Es de recibo, o es de justicia, utilizar los recursos disponibles para
atender exclusivamente a los afectados nacionales?¿Es seguro repatriar a los
afectados nacionales para tratarlos en sus países de origen?
La
OMS se ha retirado de Sierra Leona para evitar más accidentes entre sus
trabajadores allí desplazados, pero en España se ha optado la repatriación de
dos de los afectados. Ayer mismo hemos conocido la noticia del primer contagio
secundario en Europa ya que una enfermera que trató a Manuel García Viejo ha contraído
la enfermedad. ¿Se han seguido todas las
medidas de precaución recomendadas? ¿Qué ha fallado?
Debatiremos
este asunto más a fondo en clase….
Alessandro y Daniel
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