sábado, 24 de enero de 2015

ROCIO LOVERA Y ESTHER GARCÍA 

¿Todos tenemos derecho a 'El Medicamento'?

¿Cuales son las causas de la Hepatitis C?
La infección de hepatitis C es causada por el virus de la hepatitis C (VHC).
Usted puede contraer la hepatitis C si la sangre de alguien con hepatitis C ingresa a su cuerpo. La exposición puede ocurrir:
  • Después de una punción con aguja o una lesión con objetos cortopunzantes.
  • Si la sangre de alguien que tiene hepatitis C entra en contacto con una cortadura en la piel o con los ojos o la boca.
¿Qué personas tienen riesgo de padecer la Hepatitis C?
  • Se inyectan drogas ilícitas o comparten agujas con alguien que tiene hepatitis C.
  • Han estado sometidas a diálisis renal durante mucho tiempo.
  • Tienen contacto frecuente con sangre en su trabajo (por ejemplo, un trabajador de la salud).
  • Tienen relaciones sexuales sin protección con una persona que padece hepatitis C.
  • Nacieron de una madre infectada con hepatitis C.
  • Les hicieron un tatuaje o acupuntura con agujas que no se desinfectaron apropiadamente después de haber sido utilizadas en otra persona (el riesgo es muy bajo con profesionales que tengan una licencia o permiso para hacer tatuajes o acupuntura).
  • Recibieron un trasplante de órganos de un donante con hepatitis C.
  • Comparten elementos de uso personal,  como cepillos de dientes o máquinas de afeitar, con alguien que tiene hepatitis C (menos común).
  • Recibieron una transfusión de sangre (rara en los EE.UU. desde los análisis de sangre se hizo disponible en 1992). 
¿Cuales son los síntomas de dicha enfermedad?
La mayoría de las personas que estuvieron recientemente infectadas con hepatitis C no tienen síntomas. Algunas personas presentan amarillamiento de la piel (ictericia) que desaparece. La infección crónica por lo general no causa síntomas, pero se puede presentar cansancio, trastornos cutáneos y otros problemas. Las personas que tienen una infección prolongada (crónica) a menudo no tienen síntomas hasta que su hígado presenta cicatrización (cirrosis). La mayoría de las personas con esta afección están enfermas y tienen muchos problemas de salud.
Los siguientes síntomas se pueden presentar con la infección debida a hepatitis C:
  • Dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen
  • Hinchazón abdominal debido a líquido (ascitis)
  • Heces de color arcilla o pálidas
  • Orina turbia
  • Fatiga
  • Fiebre
  • Picazón
  • Ictericia
  • Inapetencia
  • Náuseas y vómitos
Diferencias entre países:
La cura y el medicamento de la Hepatitis C, varían dependiendo del lugar en el que uno se encuentre.
Hoy en día, el precio de dicho medicamento en España, ronda los 25.000€; en EE.UU dicho precio se ha de multiplicar por tres, obteniendo un precio desorbitado, y muy difícil de adquirir, por tanto solo va a poder ser adquirida por un porcentaje muy pequeño de nuestra población; pero en la India, hablando del mismo medicamento, podemos decir que es 45 veces más barata que en España.
Hay muchos medicamentos que son demasiado caros, por tanto el Estado no los subvenciona, por tanto la gente que no puede consumirlo, muere.

NOTICIA:

Por qué el precio del tratamiento de la hepatitis C en India es 45 veces más barato que en España

Mientras en España los enfermos acusan al Gobierno de jugar con su salud, en oriente plantan cara a las farmacéuticas para acabar con su monopolio.

La India ha negado al laboratorio Gilead el monopolio sobre la cura de la hepatitis C con sofosbuvir, la molécula que comercializa con la marca Sovaldi. La Oficina de Patentes le ha negado la exclusividad por entender que “pequeñas modificaciones en la molécula” no le dan derecho a reclamar una patente. Mientras, en España los enfermos de hepatitis en España han acusado al Gobierno de estar jugando con su salud porque el tratamiento cuesta 60.000 euros y la expedición de recetas se hace de rogar.
Todo empezó cuando un laboratorio indio de genéricos se opuso a la petición de Gilead y el Gobierno le ha terminado dando la razón. Ahora se podrán distribuir tratamientos de sofosvubir con precios hasta 45 veces más baratos que los fabricados por la empresa estadounidense.
Esta molécula elimina el virus del organismo afectado y es efectiva en el 90% de los casos, lo que supone una tasa de curación altísima. La decisión del Gobierno de la India abre la puerta a la venta de genéricos de este medicamento en el país y constituye un contratiempo importante para la corporación, que pagó 9.000 millones hace cuatro años por Pharmasset, propietaria de Sovaldi.
Llueve sobre mojado. Hace un año, el consejero delegado de Bayer perdió los papeles en una discusión de patentes y realizó unas declaraciones muy desafortunadas sobre el precio de los medicamentos patentados. Concretamente dijo que “no desarrollamos este medicamento para el mercado indio, sino para los pacientes occidentales que pueden permitírselo”. El Gobierno de India respondió bajando el precio de su fármaco contra el cáncer de 4.200 euros mensuales a 135 euros.
Precisamente el precio en España del fármaco que cura la hepatitis C en un porcentaje muy alto de casos es el motivo de que el sistema de salud público esté recetando estas pastillas con cuentagotas, según aseguran en la Asociación de Afectados por la Hepatitis C.
El precio del tratamiento ronda los 60.000 euros y el virus afecta a unas 800.000 personas, aunque los médicos advierten que hasta un 70% de enfermos pueden desconocerlo.
El Gobierno pactó con la farmacéutica un precio de 25.000 euros por tratamiento y pareció desbloquearse el problema, pero el enredo burocrático de estudios e informes sobre quién, cuándo y cómo debe prescribirse el medicamento sigue poniendo barreras. El problema se agrava si tenemos en cuenta que la mayoría de los enfermos fueron infectados –hace varios años -por el propio sistema público que ahora les niega la cura.

(Enfermera española, realizando pruebas a un paciente, el cual padecía Hepatitis C)










jueves, 15 de enero de 2015

Si se ha caido al suelo, ¿Me lo puedo comer?

Áurea Rodríguez y Carlota Pavón. 

Si sé ha caído al suelo, ¿Me lo puedo comer?

El 87% de nosotros comería, felizmente, cualquier alimento que, por despiste, se nos cayera al suelo y luego fuera recogido. Un soplido… y a la boca. Así lo ha constatado un grupo de científicos de la Universidad de Aston (Inglaterra), que en marzo de 2014 publicó un enlace para determinar si era cierta "la regla de los cinco segundos”, según la cual todo lo que se aprese del suelo en menos de ese intervalo de tiempo se puede engullir sin problema, porque no ha habido lugar a la transferencia de bacterias.
El estudio, dirigido por el profesor de Microbiología Anthony Hilton, se realizó con tostadas, pasta, galletas y gominolas, que estuvieron en contacto con el suelo entre 3 y 30 segundos y en presencia de las bacterias E. coli y Staphylococcus aureus. El resultado fue contundente: el tiempo es un factor significante en la transferencia de microorganismos. Pero además influye el tipo de suelo y, sorprendentemente, las alfombras son más seguras que un suelo laminado u otro de azulejos.
“La regla de los cinco segundos no haría referencia al tiempo que un microbio puede sobrevivir en una superficie, sino al que necesita para adherirse a una superficie. Pero no significa que pasados 5 segundos vaya a haber un microbio patógeno con certeza. Hay microbios con más afinidad por las superficies que otros, y algunos se adhieren pero no sobreviven. Depende del ser y del alimento”, apunta Alfonso Carrascosa, científico del Museo Nacional de las Ciencias Naturales y microbiólogo experto en seguridad alimentaria.

           

Teniendo claro que estamos rodeados de bacterias y que estas se transfieren en función del tiempo (aunque no sea determinante para su posterior contagio), llega la pregunta del millón: ¿hay riesgo de enfermar cuando nos comemos el pan recién recogido del suelo? Un estudio publicado en 2006 en  journal of Applied Microbiology advertía de que la salmonela, por ejemplo, es capaz de sobrevivir cuatro semanas en la superficie sucia, por lo que si tuviéramos la mala suerte de que la galleta se nos cayera justo encima, sí que podría transmitirse.
Jesús Rodríguez Huertas, director del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Granada y catedrático de Fisiología, confirma que las bacterias patógenas se transfieren de las superficies lisas con polvo al alimento, pero subraya que “el ser humano tiene contacto diario con bacterias y polvo”, por lo que comer lo que rozó el suelo del hogar “no tiene ninguna importancia” en cuanto a la toxicología de los alimentos. “Si se cae el bocadillo en casa, yo se lo daría a mi hijo sin ningún remordimiento”, añade, para mayor claridad. Con todo, hay que aplicar la lógica. Las superficies de casas y oficinas suelen estar limpias. Pero si el “accidente” sucede en una granja o en el parque, donde puede haber restos orgánicos, mejor no seguir con el refrigerio.
¿Pero y si ocurre en un punto intermedio? No es un parqué brillante, pero tampoco un lodazal. Pues ahí, depende de usted. “En líneas generales, no se puede afirmar que la comida que ha caído al suelo esté contaminada y suponga un riesgo real de afectación en la boca”, añade al respecto la doctora Vanessa Blanc, responsable del departamento de microbiología del centro de investigación bucal Dentaid Research Centre. Al fin y al cabo, existen mecanismos de defensa en el ser humano. Primero, la saliva de la boca, que es antimicrobiana. En segundo lugar, el ácido clorhídrico puro, presente en la deglución (acto de tragar). “El microbio que no ha muerto en la boca, lo hace en el estómago”, asegura Carrascosa. La tercera barrera (si aún sobreviviera el agente patógeno) serían las sales biliares del hígado. Y en cuarto lugar, la microbiota intestinal. “Es absolutamente falso que un alimento que se haya caído al suelo vaya a producir una enfermedad”, concluye el experto del CSIC. Así que ya sabe: sea rápido en el acto de repescar el alimento desprendido y valore seguir consumiéndolo en función de la superficie contactada. ¿Y el acto casi automático de soplar el manjar? También tiene sentido. "Pues algo de polvo quitaremos, y eso no está de más", concluye Rodríguez Huertas.